La esperanza
Como todos los sábados desde hacia ya tres años, Rafael
cogía su gracioso perro, le ponía su correa ,y apenas levantada la mañana salía inquieto a intentar disfrutar su paseo matutino. Intentaba relajarse de toda la
dura semana, agobiado, miraba el futuro inminente y una losa de pesadumbre
aplastaba su animo, ¡qué difícil es la vida ¡, se decía en su interior, siempre
en su interior, por que seguramente ese era el peor error de Rafael, no saber
sacar fuera sus frustraciones para poder
vivir más serenamente. Desde muy pronto
empezó a trabajar duro en la obra, dinero fácil, futuro negro,, por que
hasta los cuarenta, había soportado con ilusión los lances diarios de su profesión,
su cuerpo aguantaba como un atleta de elite, un poco sobre entrenado pero nada
que no pudiera soportar. Sin embargo a partir de los cuarenta su cuerpo y su
mente empezaron a condenarse, achaques físicos normales en el desgaste de su profesión, se sumaron a algo
peor, el sentido de su vida. Que había hecho en todos estos años, su
matrimonio, sus hijos, su casita, sus amigos... todo hipotéticamente perfecto,
todo más o menos conseguido, y ahora ¡que¡, pensaba en los aun casi veinticinco
años que le quedaban para jubilarse, y un tremendo escalofrío le recorría el
alma. Dios mío
,¡que bien vivían algunos¡, ¡que suerte habían tenido en la vida¡, un trabajo
cómodo, un sueldo cuantioso, y mucho tiempo libre. Él había tenido ocasión de
tener alguno de esos chollos, pero su dignidad se lo había negado, ¡qué tonto
fui¡. Se decía en los días más bajos, ¿para qué quiero la dignidad ¿.Sabia que
mucha gente le decía,-- no te quejes que tienes trabajo---, y él, sentía estas
palabras como una patada en él estomago, como si lo condenaran a cadena perpetua, por
que así sentía su futuro, veinticinco años más viviendo como ya no quería
vivir. Si las cosas no estuvieran tan mal, si no fuera tan cobarde, mandaría
todo al garete, y empezaría de cero, solo con aquellos que más quería, su
familia ,gracias a la cual conseguía sobrevivir, encontrar el impulso que cada
mañana le hacia reinventarse. Rafael se sentía cansado, y lo peor ,no sabia hasta cuando podría
aguantar... Después de
caminar casi una hora, totalmente ausente, Roky, su perro fiel se paró frente a
una enorme tapia ladrando insistente, olisqueando una curiosa grieta que despertó
su instinto cazador, ---vamos Roky, busca perrito.---los dos compañeros de
fatigas se insertaron furtivos en aquel lugar prohibido –no deberíamos, le
decía a su perrillo que lo miraba simpático y juguetón.,debe de ser una
propiedad pribada. Aun así una fuerza superior lo empujo sin miedos ni
reservas, al instante se maravilló, ante aquel majestuoso paisaje, siempre le
gustó el campo, la jardinería, tener su huertecillo, y lo tenia frente él, como
lo había soñado tantas veces .Varios olivos bordeaban la finca, en la parte alta una hilera de hierbaluisa, perfumaba
el aire respetuosa y elegante, podía descubrir diferentes plantas aromáticas,
preciosos rosales trepadores y un pequeño huerto con tomates, berenjenas,
pepinos y demás manjares que le recordaban su infancia, totalmente entregado
estuvo largo rato extasiado, solo los gimoteos de Roky lograron devolverle a
la realidad, ---¿qué quieres chico?---le dijo al tiempo que le miraba. Roky
permanecía junto a un curioso asiento improvisado en la tierra --¿quieres que
descansemos? Esta bien ,quizás tengas
razón, ya que nos hemos atrevido tengamos la aventura completa. Rafael
se sentó, la sombra de una frondosa higuera le regalo un momento mágico, una
extraña paz le renacía de su interior como hacia mucho no recordaba, tan solo
quiero ser como tú ¡Feliz¡, le dijo sereno a su perro, quiero vivir,
quiero tener vida. ¡Que grito hubiera dado si pudiera ,¡ tenia tantos gritos
ahogados en su alma, sabia que era muy difícil cambiar su vida, era consciente de sus limitaciones,
pero soñó, ---quizás aun pueda cambiar yo, quizás pueda luchar por ver más todo
lo bueno que tengo, quizás si pienso en positivo, la suerte me llegue, está a
la vuelta de la esquina, no voy ha esperarla, voy ha buscarla, voy a
encontrarla, y si no lo consigo lo habré intentado ----Su perro lo miraba
alborotado, había sentido en su amigo una energía vital que lo embriagaba,
movía enérgico su rabillo esperando otra palabra----Roky, desde hoy voy a
transformar mi veneno en medicina, y voy ha sanar mi alma, no se como pero Todo
me dice que va ha ser verdad, lo acarició con cariño, se levantó del diván y se
despidió pensando que la esperanza existe, y que en aquel huerto alguien la
había plantado para él.
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