me apoyo en el polvo blanco de la muerte
y me siento asfixiado.
Soy como basura, como un objeto de desecho abandonado.
Mas yo confío en Ti, Señor, porque eres mi Dios y yo te amo;
en tus manos he puesto mi pobre destino,
líbrame, ábreme camino;
alumbra mi rostro con la luz de tu ternura y compasión,
y hazme renacer de nuevo en tu amor y misericordia.
Oh Dios, cuento contigo en mis apuros,
no me falles, que te quiero.
Oh Dios, tú eres diferente y me amas así,
deshecho como estoy ahora.
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