Piru llegó cabizbajo, despacio, resignado, alargando su agonía. Quizás si parara el tiempo podría dar la vuelta a la tortilla, y aprendiendo de los errores volver a empezar de cero. Sin embargo, no le quedaba fe, quería que todo pasara, su destino estaba decidido, lo pusieron en su camino y lo adoptó pensando que así eludiría el sufrimiento. Mejor que te teman, a demostrar que estas muerto de miedo, y así fingiendo una dureza y una crueldad que no sentía, se disfrazó de monstruo, para que estos no le atormentaran. Pero el mal es un asesino que siempre devora, y a él lo tenia ya contra las cuerdas. Metió la mano en el bolsillo doble de la sudadera, aún le quedaban algunos tripis, unas ruedas y bastantes Jaimitos, la noche había sido rarita, o quizás el raro era él, acorralado como una bestia sin salida no dio todo lo que se esperaba. Por sus bolsillos pasaba todo el mundo más oscuro de la noche, con tan solo 15 años recién cumplidos, conocía más de lo que debía haber conocido. ¿Qué le llevó allí? Pensó que la mejor defensa era un ataque, las pruebas así se lo decían, de pequeño tenia un amigo especial, Javier, era diferente a todos, buena gente , se sentía seguro a su lado, pero Javier no caía bien y pronto fue la presa fácil de todos, intentó defenderle pero el miedo se apodero de su alma, y sin saber como, se descubrió un día burlándose y escupiendo a su mejor amigo, ---esto es supervivencia ---, se decía intentando no sentirse culpable. La excusa de la supervivencia le sirvió durante los últimos tres años, lo malo es que ya no quería sobrevivir, si pudiera cambiarlo todo, o quizás solo algún momento..., pensándolo bien solo necesitaba cambiar un día, el día que el miedo le dominó y no supo decir NO. Piru era pequeño de estatura , ágil y sociable , los buitres le vieron como el perfecto intermediario. Primero fue llevarlas, luego colocarlas, más tarde conseguirlas y poco a poco embarrarse hasta el cuello, ahora querían atracar la gasolinera, como era el único menor, le habían elegido para dar el golpe mientras ellos esperaban en el coche, Piru sabia que no había vuelta atrás, malditos cobardes... sintió un vacío profundo en su cabeza como si se dejara caer desde lo alto de un rascacielos, ---ojala me pille la policía ---se decía sorprendido,--- si me llevan a un centro de menores, quizás escape de sus garras, y si no que me peguen un tiro---, se dijo susurrando, avergonzado de lo que sentía su corazón. Solo quería borrarlo todo, consciente de que era imposible, sé hecho a llorar, ¡como borrar todo el dolor causado a sus padres¡, eso le dolía en lo más hondo, cuantas veces vio llorar a su madre, cuantos puñetazos golpearon la puerta de su habitación, cuantos días de paz perdidos por culpa de las drogas, había asustado a la chica de sus sueños que le miraba con miedo, se sentía sucio, ¡que podía hacer¡. ¡como borrar tanto dolor¡ ---Dios, ¿dónde estás?¿por qué no cuidaste de mi? ,Dame una oportunidad, solo quiero saber quien soy.--- Sorprendido de lo metido que estaba en sus pensamientos, aterrizó en un huerto extraño y limpio, como sacado de un cuento de dragones y castillos , esos que de pequeño le encantaba leer, estaba sentado en un pequeño asiento hundido en la tierra, junto a una enorme y maternal higuera, allí incrustado en su tronco descubrió algo curioso, era una vieja Biblia, lo sabia por que su madre tenia una igual en la estantería y de pequeño la habían leído juntos, se sorprendió, y pensó ,quizás Dios existe como dicen mis padres y quiere decirme algo, la abrió al azar y dejó que le hablara, leyó curioso como un niño inocente,´´ Jesús hijo de David ten compasión de mi.¨´ Después comprendió todo. Se levantó con energía de aquel diván y supo que no existía la casualidad, le miró y fuera de sí le dijo---, tu estas aquí por mí ,--- sintió una fuerza que le invadía de ilusión , ---ahora todo va ha cambiar.
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